Los precios del petróleo registraron ligeros incrementos el martes, impulsados por el optimismo en torno a un posible aumento de la demanda en China y la expectativa de una política monetaria más flexible en Estados Unidos. Sin embargo, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio, tras el derrocamiento del presidente de Siria, no lograron desviar significativamente la atención de los mercados.
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El crudo Brent, referencia global, cerró la jornada con un aumento de 0,07%, alcanzando los 72,19 dólares por barril. Por su parte, el West Texas Intermediate (WTI) estadounidense subió un 0,32%, situándose en 68,59 dólares por barril. Ambos referenciales habían ganado más del 1% en la sesión previa.
El optimismo de los inversores se alimentó con la noticia de que China, el mayor consumidor mundial de petróleo, adoptará una política monetaria “adecuadamente laxa” en 2025. Esta decisión marcaría un cambio significativo en la postura económica de Pekín, siendo la primera relajación de su política monetaria en 14 años. Aunque los detalles de esta estrategia aún no están claros, los analistas consideran que podría impulsar la recuperación económica del gigante asiático.
Además, las importaciones chinas de crudo registraron un aumento interanual por primera vez en siete meses, lo que subraya un renovado interés por el mercado energético. Sin embargo, expertos como Tamas Varga, de la correduría petrolera PVM, advierten que este incremento responde más a la acumulación de inventarios que a un aumento genuino en la demanda interna.
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En el ámbito geopolítico, el reciente derrocamiento del presidente sirio Bashar al-Asad y el nombramiento de un líder interino han generado inquietud sobre la estabilidad en la región. Aunque Siria no es un productor de petróleo significativo, su ubicación estratégica y sus vínculos con Rusia e Irán podrían tener implicaciones indirectas en el mercado energético.
Por otro lado, la atención también se centra en la próxima reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos, programada para los días 17 y 18 de diciembre. Los operadores esperan una reducción de 25 puntos básicos en las tasas de interés, lo que podría estimular la actividad económica y, en consecuencia, la demanda de petróleo. No obstante, los datos de inflación de esta semana serán cruciales para determinar si este recorte se materializa.
Mientras tanto, Europa enfrenta la posibilidad de una escasez de suministros energéticos durante el invierno, lo que podría ejercer presión adicional sobre los precios del crudo. Con estas perspectivas, los mercados se mantienen atentos a los desarrollos económicos y políticos que influirán en la oferta y la demanda global de petróleo en las próximas semanas.
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