Durante el fin de semana del 7 al 9 de junio de 2025, Los Ángeles fue escenario de una ola de disturbios y protestas tras una serie de redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Ordenados por la administración de Donald Trump, los operativos encendieron la indignación de comunidades que consideran a la ciudad un “santuario” para migrantes.
Las protestas comenzaron el viernes en Paramount, donde agentes federales irrumpieron cerca de una tienda Home Depot. Manifestantes atacaron vehículos oficiales lanzando piedras y bloques de concreto. Varios parabrisas quedaron destrozados y se registraron actos de vandalismo en propiedades cercanas. Ese mismo día se contabilizaron 44 personas arrestadas.
El sábado y domingo, la tensión se trasladó al centro de Los Ángeles, así como a Compton y San Bernardino. Cientos de personas se congregaron frente a oficinas de ICE y edificios federales para exigir el fin de las redadas y deportaciones. Según reportes oficiales, hubo 30 arrestos adicionales el sábado.
En varios puntos, la situación escaló en violencia. La policía utilizó gases lacrimógenos y granadas de humo para dispersar a los manifestantes, quienes bloquearon la Autopista 101 y lanzaron objetos contra los agentes. Al menos dospolicías resultaron heridos durante los enfrentamientos.
El presidente Trump ordenó el despliegue de la Guardia Nacional, sumando más de 2,000 efectivos alrededor de edificios federales y centros de detención. La medida fue criticada por el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass, quienes la calificaron de “abuso de poder” y llamaron a una protesta pacífica.
Durante la semana de operativos, ICE reportó la detención de al menos 118 inmigrantes indocumentados en Los Ángeles, incluidos algunos con antecedentes penales. El FBI y otras agencias federales advirtieron que cualquier persona que obstruya las labores de los agentes será arrestada y procesada judicialmente.

Reacciones y contexto social
La respuesta de la comunidad inmigrante fue inmediata. Dirigentes religiosos y civiles convocaron vigilias y manifestaciones pacíficas en apoyo a las familias afectadas. Denunciaron una campaña de intimidación y criminalización que socava la confianza en las autoridades.
Desde la Casa Blanca, la administración defendió la dureza de los operativos y aseguró que los disturbios refuerzan su determinación de proceder con las deportaciones masivas. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos y líderes locales cuestionan la efectividad de la estrategia y advierten sobre un clima de miedo que perjudica la cohesión social.

Las imágenes de los enfrentamientos llegaron en pleno auge de la temporada de eventos internacionales. Con la Copa Oro y el Mundial de Clubes a la vuelta de la esquina, la ciudad de Los Ángeles se prepara para recibir visitantes, mientras sus autoridades buscan restaurar el orden y garantizar la seguridad pública.
Resumen de cifras y consecuencias
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Arrestos: 44 el viernes y 30 el sábado.
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Detenidos por ICE: al menos 118 inmigrantes indocumentados.
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Policías heridos: 2.
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Efectivos de la Guardia Nacional desplegados: más de 2,000.
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Autopista 101: cierre temporal por bloqueos.
Los disturbios en Los Ángeles han puesto de relieve la polarización política y social en torno a la política migratoria de Estados Unidos. Tanto autoridades federales como gobiernos locales y sociedad civil se enfrentan en un debate que trasciende la seguridad para tocar derechos humanos y el futuro de las comunidades migrantes.
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