La relación comercial entre los países de América del Norte enfrenta nuevas tensiones tras las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Durante su campaña, Trump destacó el comercio como una de sus principales preocupaciones, acusando a sus vecinos del norte y del sur de perjudicar los intereses estadounidenses. Ahora, con la posibilidad de aranceles del 25% a las importaciones desde Canadá y México, los gobiernos de ambos países buscan mitigar el impacto de estas amenazas.
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El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, advirtió que los aranceles propuestos por Trump no solo afectarán a los productores canadienses, sino también a los consumidores y empresas estadounidenses. “Aumentar los precios perjudicaría directamente a las familias estadounidenses, además de a la industria nacional”, afirmó Trudeau desde la Isla del Príncipe Eduardo. Como ejemplo, señaló que productos básicos como las papas sufrirían incrementos significativos en su precio.
Por su parte, México, que en 2023 consolidó su posición como el principal socio comercial de Estados Unidos, también se encuentra en el centro de la controversia. Cerca del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado estadounidense, lo que subraya la dependencia económica del país hacia esta relación bilateral. Entre los productos más exportados destacan vehículos, componentes electrónicos, frutas y bebidas alcohólicas. Estos sectores serían los más vulnerables ante la posible implementación de aranceles.
Una posible renegociación del comercio
Trudeau recordó que, durante el primer mandato de Trump, se renegoció el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), logrando un acuerdo beneficioso para las tres naciones. Sin embargo, las amenazas recientes podrían desestabilizar nuevamente esta cooperación. “Podemos trabajar juntos, como ya lo hemos hecho antes”, señaló el mandatario canadiense, mostrando disposición para abrir nuevas conversaciones con Estados Unidos.
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La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, expresó confianza en que se eviten conflictos arancelarios y destacó su comunicación con Trump, quien aseguró que México reforzará las medidas para detener la migración no autorizada hacia territorio estadounidense.
Aranceles y migración: una estrategia controversial
Trump ha vinculado directamente la imposición de aranceles con el flujo migratorio y el combate al tráfico de drogas, criticando tanto a México como a Canadá por no actuar con suficiente contundencia. Sin embargo, los datos demuestran que los problemas de tráfico de drogas y migración son más significativos en la frontera sur que en la norte. Por ejemplo, en el último año fiscal, las autoridades estadounidenses incautaron 9,570 kilogramos de fentanilo en la frontera con México, comparado con apenas 19.5 kilogramos en la frontera con Canadá.
Además, la Patrulla Fronteriza registró 56,530 arrestos en la frontera sur en octubre, una cifra muy superior a los 23,721 arrestos en la frontera norte entre octubre de 2023 y septiembre de 2024. Estas diferencias ponen en entredicho las comparaciones hechas por Trump entre ambos países.
Consecuencias económicas en Estados Unidos
A pesar de que Trump justifica los aranceles como una forma de proteger la industria estadounidense, expertos advierten que estas medidas podrían tener un efecto contrario al deseado. La integración económica entre los tres países ha sido clave para mantener costos competitivos en sectores como el automotriz, la tecnología y la agricultura. Un impuesto del 25% sobre las importaciones encarecería productos básicos y estratégicos, afectando directamente a los consumidores estadounidenses y dificultando la competitividad de las empresas locales.
Por ejemplo, los vehículos y partes automotrices, que representan una porción significativa de las importaciones desde México y Canadá, verían un incremento de precios que podría trasladarse al mercado interno estadounidense. Asimismo, bienes agrícolas como frutas, vegetales y bebidas alcohólicas, que tienen alta demanda en Estados Unidos, sufrirían encarecimientos que afectarían tanto a consumidores como a distribuidores.
¿Un juego político o una estrategia comercial?
Las tensiones generadas por las declaraciones de Trump resaltan las complejidades de la política comercial en América del Norte. Mientras Canadá y México muestran disposición para dialogar, la incertidumbre sobre las medidas de Trump podría afectar la inversión y el comercio en la región.
Las próximas semanas serán clave para determinar si estas amenazas se materializan o si los tres países logran encontrar un terreno común para evitar una guerra comercial que perjudicaría no solo a sus economías, sino también a millones de ciudadanos en toda la región.
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