La economía china se encuentra en una encrucijada crítica a finales de 2024. El crecimiento del PIB en los primeros tres trimestres alcanzó un 4,8%, ligeramente por debajo del objetivo del 5% establecido por Pekín. Esta desaceleración se debe a una combinación de factores internos y externos que han erosionado el otrora robusto crecimiento económico del país.
Desafíos internos
Deflación y demanda débil China enfrenta una peligrosa espiral deflacionaria, con precios al consumidor cayendo y una demanda interna anémica. Esta situación ha llevado a lo que algunos economistas describen como un problema de “sobreproducción y subconsumo”, reflejando un desequilibrio fundamental en la economía.Crisis inmobiliaria El sector inmobiliario, que ha sido un motor clave del crecimiento económico chino, está sumido en una profunda crisis. Grandes desarrolladores como Evergrande han incumplido sus pagos, generando ondas de choque en todo el sistema financiero.
Presiones externas
Tensiones comerciales con EE.UU.Las relaciones comerciales con Estados Unidos siguen siendo tensas, con la perspectiva de un segundo mandato de Donald Trump amenazando con exacerbar la situación. Trump ha prometido imponer aranceles adicionales del 10% a las importaciones chinas, lo que podría elevar la tasa general al 35%.
Respuesta del gobierno
Estímulos económicosPekín ha implementado una serie de medidas de estímulo, incluyendo:
- Inyección de liquidez por 2,7 billones de yuanes al sistema bancario
- Recortes en las tasas de interés
- Anuncio de nuevos gastos en infraestructura
- Un paquete adicional de 10 billones de yuanes para aliviar la deuda de los gobiernos regionales
Sin embargo, estos esfuerzos han sido criticados por ser insuficientes y enfocarse principalmente en la reestructuración de deudas existentes en lugar de proporcionar un nuevo estímulo real.
Perspectivas futuras
Necesidad de reformas estructurales Expertos como George Magnus sugieren que China necesita abordar problemas estructurales más profundos en su economía. Algunos analistas proponen un “Plan Marshall chino” para estimular la demanda interna y aprovechar la capacidad industrial excedente del país. Impacto potencial de las políticas de Trump La amenaza de nuevos aranceles por parte de Trump podría reducir el crecimiento de China hasta en un punto porcentual, según algunas estimaciones. Sin embargo, Pekín podría contrarrestar parcialmente este impacto permitiendo una depreciación controlada del yuan.
En conclusión, China se enfrenta a un delicado acto de equilibrio entre estimular el crecimiento y abordar desequilibrios estructurales a largo plazo. La eficacia de las medidas de estímulo actuales y la capacidad del gobierno para implementar reformas más profundas determinarán en gran medida la trayectoria económica del país en los próximos años.
Diario Financiero - El periódico de la gente informada