China ha dado un paso firme en el tablero económico global al anunciar una reducción en sus tasas de interés y una flexibilización de las condiciones monetarias, como respuesta directa al creciente conflicto comercial con Estados Unidos. En un contexto de tensión por los nuevos aranceles, el gigante asiático apuesta por el estímulo interno y la diplomacia económica.
El Banco Popular de China (BPC) redujo en 10 puntos básicos la tasa de interés aplicada a las operaciones de recompra inversa a siete días, llevándola a 1,4%. Además, anunció una reducción de 0,5 puntos porcentuales en el coeficiente de reservas obligatorias para las instituciones bancarias. Esta decisión se traduce en una inyección de liquidez estimada en un billón de yuanes, equivalente a unos 138 mil millones de dólares.
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Estas medidas económicas reflejan que China recorta tasas de interés con el objetivo de aliviar la presión sobre la economía real, afectada por una guerra comercial que se intensificó desde el retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en enero de 2025.
Los analistas señalan que aunque el efecto inmediato de la medida pueda ser moderado, el hecho de que China recorta tasas de interés envía un mensaje claro a los mercados: el país está dispuesto a usar sus herramientas monetarias para evitar una desaceleración prolongada.
En paralelo, se confirmó que representantes de ambos gobiernos se reunirán en Suiza para discutir una hoja de ruta que reduzca las tensiones arancelarias. La delegación china estará liderada por el viceprimer ministro He Lifeng, mientras que por Estados Unidos participarán el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el representante comercial, Jamieson Greer.
Desde enero, EE.UU. impuso nuevos aranceles de hasta 145% sobre productos chinos, a lo que China respondió con gravámenes del 125%. Esta escalada ha impactado negativamente los flujos de comercio global y la confianza de los inversionistas.
“145%, 125% es el equivalente a un embargo. No queremos desconectarnos. Lo que queremos es un comercio justo“, expresó Bessent, reflejando la posición estadounidense.
Ante este panorama, China recorta tasas de interés no solo como reacción económica, sino también como parte de una estrategia integral que incluye la reapertura del diálogo con Washington. El foco de las negociaciones no será, por ahora, un acuerdo comercial amplio, sino la reducción progresiva de tensiones.
Estas acciones indican que Pekín busca mantener su estabilidad macroeconómica, proteger su crecimiento interno y, al mismo tiempo, evitar una ruptura total con Estados Unidos. La apertura a negociaciones puede interpretarse como un gesto de pragmatismo en medio de una coyuntura internacional incierta.
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