El 30 aniversario de la Cumbre de las Américas se celebró ayer en una edición especial organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex). El encuentro tuvo lugar en Punta Cana, escenario de la primera cumbre en 1997, y reunió al presidente Luis Abinader junto a expresidentes, cancilleres y académicos de la región para analizar los logros alcanzados y trazar el futuro de este importante foro de cooperación.
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Entre los asistentes destacaron figuras como Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos; Laura Chinchilla y José María Figueres Olsen, exmandatarios de Costa Rica; y Ernesto Pérez Balladares, exmandatario de Panamá. También participaron el exministro de Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda, y el exsenador y ministro de Economía de Chile, Carlos Ominami.
En su discurso, Abinader destacó la importancia de la cumbre como un espacio para el diálogo político, económico y social. Además, anunció planes para revitalizar el evento en 2025, reafirmando el compromiso de República Dominicana con el desarrollo regional.
“En 2025, vamos a relanzar esta cumbre para enviar un mensaje claro: América Latina y Estados Unidos deben ser socios en el desarrollo. En República Dominicana crecemos, con un turismo en expansión y una economía en constante mejora. Estamos comprometidos a reducir la pobreza y continuar impulsando el desarrollo económico”, señaló el mandatario.
La cumbre, creada en 1994 durante la presidencia de Bill Clinton, ha sido un pilar para abordar los retos compartidos entre América Latina, el Caribe y América del Norte. Desde entonces, este foro ha consolidado su relevancia en temas como desarrollo sostenible, gobernanza y cooperación económica.
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Durante la jornada, los asistentes presentaron un análisis de las nueve ediciones previas, identificando los logros alcanzados y las áreas que requieren mayor atención. Los debates se centraron en definir los temas prioritarios para la próxima cumbre, buscando fortalecer la integración regional y la relación con Estados Unidos.
El evento también tuvo un simbolismo especial al regresar a Punta Cana, sede de la primera edición en 1997, que marcó un hito en la historia de las cumbres. Ese encuentro inicial no solo consolidó el liderazgo regional de República Dominicana, sino que también estableció las bases para el papel del país como un actor clave en el desarrollo económico y político de la región.
Con la mirada puesta en el futuro, el relanzamiento anunciado por Abinader busca no solo revivir el espíritu de cooperación de la cumbre, sino también adaptarla a los retos actuales, incluyendo la transformación digital, la sostenibilidad y la lucha contra la pobreza.
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