El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) intensificó su ofensiva antimonopolio contra Google, pidiendo a un juez federal el desmantelamiento de Chrome, el navegador web más utilizado del mundo. Además, propone prohibir que Google establezca acuerdos para ser el motor de búsqueda predeterminado en los teléfonos inteligentes y busca frenar el control de la empresa sobre su sistema operativo Android.
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En una presentación judicial del miércoles por la noche, el DOJ señaló que Google podría ser obligado a vender Android si las medidas propuestas no logran limitar el dominio que ejerce en el mercado digital. Según el sitio especializado StatCounter, Google controla el 90% de las búsquedas en línea a nivel mundial y el 94% en dispositivos móviles, lo que lo posiciona como el actor dominante en ambos mercados.
Una medida sin precedentes
Esta iniciativa marca un cambio significativo en la postura de las autoridades estadounidenses hacia los gigantes tecnológicos. Desde el fracaso en el caso de Microsoft hace 20 años, no se había intentado desmantelar una empresa de tecnología de esta magnitud. Sin embargo, en agosto pasado, el juez federal Amit Mehta determinó que Google es culpable de prácticas ilegales para mantener su monopolio en las búsquedas en línea.
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El próximo paso es definir cómo abordar estas prácticas, y el DOJ ha planteado soluciones radicales que podrían incluir la separación de las divisiones clave de la empresa. Este caso podría sentar un precedente para futuros litigios contra otras compañías tecnológicas.
Un juicio histórico
El juez Mehta escuchará las recomendaciones de Google en diciembre y, tras una audiencia especial en abril de 2025, podría dictar sentencia en agosto de ese mismo año. No obstante, Google ha dejado claro que apelará cualquier fallo adverso, lo que podría extender el caso hasta llegar a la Corte Suprema.
El DOJ argumenta que el control de Chrome y Android permite a Google fortalecer su dominio, dificultando la entrada de competidores al mercado. Según las autoridades, Chrome actúa como un punto de acceso estratégico al buscador, cerrando oportunidades para rivales más pequeños.
La influencia política en el caso
La llegada del nuevo gobierno en enero también podría influir en el desenlace de este proceso. Aunque el presidente electo, Donald Trump, ha tenido opiniones contradictorias sobre Google, su administración podría modificar la estrategia del DOJ. Trump ha criticado al motor de búsqueda por un presunto sesgo contra el contenido conservador, pero también ha expresado dudas sobre la viabilidad de dividir a la empresa.
La intervención política, sumada a la complejidad del caso, añade incertidumbre al futuro de Google y del sector tecnológico. Las implicaciones de este juicio no solo afectarán a la empresa, sino que podrían redefinir las reglas del mercado digital en Estados Unidos y el mundo.
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