Las acciones de Tesla han registrado una caída drástica en las últimas semanas, con un desplome del 15% el lunes, lo que representa una pérdida del 50% desde su máximo histórico en diciembre. Esta baja ha reducido la capitalización de mercado de la compañía de 1,5 billones de dólares a 715.000 millones de dólares.
Los analistas atribuyen la caída a una combinación de factores, incluyendo una disminución en las entregas de vehículos, el avance de la competencia –particularmente de la china BYD– y la incertidumbre económica derivada de las políticas comerciales de la administración Trump.
Trump interviene en el debate sobre Tesla
En respuesta a la caída de las acciones, el expresidente Donald Trump anunció su intención de comprar un vehículo de Tesla para mostrar su respaldo a Elon Musk. Trump afirmó que la caída en el valor de la compañía es resultado de un supuesto boicot promovido por “lunáticos de la izquierda radical”, refiriéndose a las recientes protestas contra Musk por sus medidas de reducción de costos y sus posturas políticas.
A pesar de su histórica oposición a los vehículos eléctricos, Trump señaló que su decisión de adquirir un Tesla busca enviar un mensaje de confianza hacia Musk y la compañía.
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Paralelamente, Trump ha endurecido su discurso respecto a Rusia, amenazando con sanciones y aranceles “a gran escala” hasta que se alcance un acuerdo de paz con Ucrania. Este cambio marca una diferencia con su postura anterior, en la que había insinuado una posible reducción de sanciones a Moscú.
Las declaraciones del expresidente han generado reacciones mixtas en el ámbito político y económico, alimentando la incertidumbre en los mercados financieros. Mientras Tesla enfrenta desafíos competitivos y regulatorios, la volatilidad en el entorno global sigue impactando el panorama de inversión en el sector tecnológico.
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