Washington (EFE).- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado controversia tras exigir disculpas públicas a la obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde. Durante el Servicio Nacional de Oración, Budde pidió compasión hacia los inmigrantes, la comunidad LGTBI y otros sectores vulnerables, lo que desató la molestia del mandatario.
En su plataforma Truth Social, Trump calificó a Budde como una “radical de izquierda que odiaba a Trump”. Además, criticó su intervención, describiéndola como “desagradable, poco convincente e inteligente”. El servicio de oración, realizado el pasado 21 de enero en la Catedral Nacional de Washington, es una tradición presidencial desde 1993 y busca marcar el inicio de un nuevo mandato.
“Misericordia” con sectores vulnerables
Durante la ceremonia, Budde instó al presidente y al vicepresidente JD Vance a mostrar misericordia hacia “gais, lesbianas y niños transgénero”, así como hacia inmigrantes indocumentados. Subrayó que estos trabajadores, aunque sin ciudadanía o documentación adecuada, “no son criminales en su mayoría” y contribuyen a la economía del país limpiando oficinas, cosechando alimentos y trabajando en turnos nocturnos en hospitales.
Trump, quien regresó a la Casa Blanca tras su primer mandato, firmó el mismo día de su investidura una orden ejecutiva para iniciar deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. Este acto ha generado críticas y reacciones diversas en el ámbito político y social.
Las cámaras captaron el desagrado del presidente al escuchar el mensaje de la obispa, lo que subraya las tensiones entre el nuevo gobierno y líderes religiosos progresistas.
Este episodio refleja las divisiones ideológicas en torno a temas como la inmigración y los derechos de las minorías, y plantea preguntas sobre la relación entre política y religión en Estados Unidos.
Diario Financiero - El periódico de la gente informada