Ciudad de México – En el reciente debate presidencial, la candidata de Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, fue considerada la perdedora clara, según el experto Víctor Manuel Alarcón Olguín. La discusión, que abordó temas como la economía, la pobreza y el cambio climático, vio a Sheinbaum defender la administración actual en lugar de interactuar efectivamente con las críticas y preguntas, lo que le restó oportunidades para mejorar su posición en el debate.
Xóchitl Gálvez, de la coalición Fuerza y Corazón por México, fue vista por muchos como quien mejor aprovechó el formato del debate. Rosa María Mirón Lince, doctora en Ciencias Políticas, destacó que Gálvez «administró muy bien su tiempo» y logró presionar a Sheinbaum, quien no pudo responder eficazmente a los embates.
Alarcón Olguín también criticó la participación de Xóchitl Gálvez, indicando que, aunque se percibió como más efectiva que Sheinbaum, perdió una «oportunidad importante para articular una crítica más profunda».
Jorge Álvarez Máynez de Movimiento Ciudadano fue calificado como el más «irrelevante» de los candidatos, sin impacto significativo en las encuestas.
El debate también enfrentó críticas por su formato, que incluyó preguntas pregrabadas de la ciudadanía, lo que según algunos expertos, impidió un verdadero intercambio de ideas. Sin embargo, Alarcón Olguín apreció este nuevo formato por permitir «un poquito más de fluidez» en las discusiones.
Este evento marcó un momento crucial en la carrera hacia las elecciones del 2 de junio, con los candidatos esforzándose por destacar en un formato de debate que limitó el encuentro directo entre ellos.
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