Primera parada: el diseño
“Todo comienza con un análisis de tendencias”, comenta Lassauzet. Un ejemplo claro es cuando figuras como Taylor Swift influyen en la moda al aparecer con una chamarra roja en eventos de gran visibilidad como el Super Bowl. En respuesta, diseñadores de Shein en China y Singapur rápidamente adaptan estas tendencias, consolidando a ‘moda de mujer’ como la categoría más vendida de la empresa, incluyendo tops y productos de peluquería.
Además, Shein ofrece una plataforma, SheinX, similar a Uber, donde artistas y diseñadores independientes pueden subir sus creaciones, las cuales son luego producidas y vendidas por Shein a cambio de un porcentaje de las ganancias.
Sin embargo, la empresa no está exenta de controversias, incluyendo acusaciones de asociación ilícita e infracción de derechos de autor por parte de diseñadores como Krista Petty, Larissa Martinez y Jay Baron. Lassauzet responde que son “una organización de humanos” y trabajan arduamente para minimizar estos incidentes, retirando cualquier diseño problemático de su plataforma de inmediato.
Segunda parada: la maquila
A pesar de no poseer fábricas propias, Shein sigue el modelo de Uber, colaborando con más de 3,000 fábricas, principalmente en China y en menor medida en Brasil. Estas colaboraciones están condicionadas a contar con certificaciones ESG, enfocadas en criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo.
Cynthia Gómez, de la Universidad Iberoamericana, advierte que aunque Shein ahorra en merma y almacenamiento gracias a su modelo ‘on-demand’, esto no necesariamente se traduce en un impacto ambiental positivo. Adicionalmente, la omisión de retailers permite a Shein reducir costos significativamente, beneficiando directamente al consumidor final.
Destino final: México
Las prendas de Shein llegan directamente de China a México, y en muchos casos, los consumidores se benefician de envíos gratuitos y exenciones de impuestos bajo la regla de mínimos, que permite importar productos de bajo costo sin aranceles.
Juan Carlos Baker, experto en comercio internacional, explica que esta política facilita la introducción de productos económicos en el país, lo cual es particularmente atractivo durante periodos de crisis económica.
A pesar de que los ingresos de Shein han aumentado considerablemente, alcanzando los 22,700 millones de dólares en 2022, Gómez critica que la rápida rotación y el bajo costo de la ropa llevan a un desapego emocional y un incremento en la contaminación debido al descarte frecuente de prendas.
Fuente: CNN Expansión
Diario Financiero - El periódico de la gente informada
Comments 1