El partido de ida, que se jugó el pasado 21 de marzo en el estadio Juan Ramón Loubriel, a pesar de las múltiples emociones que despertó, terminó 2-2 y no definió nada.
Puerto Rico abrió el marcador con un gol de Ricardo Rivera, quien aprovechó un contragolpe y un desvío que descolocó al portero dominicano. Sin embargo, el equipo boricua sufrió un golpe cuando Giovani Calderón fue expulsado por una fuerte patada sobre la zona pectoral sobre el atacante Dorny Romero. República Dominicana igualó antes del descanso gracias a Noah Dollenmayer. En la segunda mitad, Ronaldo Vásquez puso en ventaja a los dominicanos con un derechazo ajustado al palo izquierdo, pero Rodolfo Sulia empató en el minuto 90+2 con un cabezazo agónico.
La selección dominicana mostró un inicio agresivo, generando varias oportunidades claras en los primeros minutos, aunque no lograron concretar. Dorny Romero tuvo dos ocasiones importantes, pero sus remates fueron desviados.
Todo quedó en las mismas y, este martes, cuando ambas escuadras ingresen al estadio Cibao, solo restarán 90 minutos para saber quién es el campeón. Y una carga eterna sobre los hombros del equipo que resulte perdedor. Porque, en un juego amistoso entre dos islas, lo que está en juego es más que el título: es el honor.
Después de analizar el desempeño y la historia de ambos equipos, creo que República Dominicana tiene una ligera ventaja para quedarse con la victoria. Por supuesto, voy a explicar por qué.
La sencilla razón por la que creo que República Dominicana tiene una ventaja para quedarse con esta vuelta es porque se define el juego en su estadio.
Los números son categóricos cuando se habla de enfrentamientos entre ambos equipos: de las últimas seis veces que se han enfrentado, República Dominicana acumula tres victorias, mientras que Puerto Rico solo ha ganado dos veces.
De hecho, el equipo boricua no gana un partido amistoso desde el año 2021. Y el empate a dos goles en Puerto Rico no ayuda a disminuir esa sensación de ventaja para los dominicanos. República Dominicana fue superior a su rival en grandes tramos del juego y mereció haber ganado el encuentro.
Como cada vez que hay fútbol, la historia se escribe —y se reinventa y se da vuelta— en esos 90 minutos. La verdad, nadie sabe qué va a pasar el martes 25. Obviamente, República Dominicana tiene el momento de haber estado arriba en el marcador y haber terminado el partido igualado.
Por ahora, solo queda esperar la noche del martes, cuando el silbato dé inicio al partido de vuelta. Y será histórico, cualquiera sea el resultado. ¡Arriba Dominicana!
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