Bruselas.– La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, exhortó este martes a Estados Unidos a actuar con determinación en caso de que Rusia rechace un cese del fuego incondicional en Ucrania. Sus declaraciones se produjeron al llegar a una reunión ministerial en Bruselas, donde se discutieron las recientes tensiones entre Moscú y Kiev.
“Washington ya ha anunciado que si Rusia no acuerda un cese del fuego incondicional habría consecuencias. De forma que queremos ver esas consecuencias de parte de Estados Unidos”, afirmó Kallas, quien además reiteró el respaldo de la UE a una resolución pacífica del conflicto.
El llamado de Kallas ocurre tras una extensa conversación telefónica entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, en la que discutieron la situación crítica en Ucrania. Luego del intercambio, Trump compartió los pormenores de la conversación con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y varios líderes europeos.
Según el mandatario estadounidense, Rusia y Ucrania “empezarán inmediatamente” negociaciones para alcanzar un alto el fuego. No obstante, Putin no accedió al cese del fuego incondicional de 30 días que Washington buscaba, limitándose a expresar disposición a trabajar en un memorándum sobre un eventual acuerdo de paz.
Tras conocerse los detalles del diálogo entre Trump y Putin, el canciller alemán Friedrich Merz enfatizó que la Unión Europea debería intensificar la presión sobre el Kremlin mediante sanciones adicionales. “Rusia rechaza cese del fuego sin condiciones, y no podemos permanecer pasivos ante esta negativa”, subrayó Merz.
Por su parte, el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, fue aún más crítico, señalando que “Putin aún no está listo para hacer concesiones” y que solo contempla “un cese del fuego bajo condiciones favorables a Moscú”.
La respuesta inmediata de los diplomáticos europeos ha sido incluir en la agenda un nuevo paquete de sanciones, que se aplicaría en caso de que Rusia rechace el cese del fuego propuesto. Estas medidas afectarían directamente la economía rusa, apuntando a sectores estratégicos ya debilitados por sanciones anteriores.
Las declaraciones de los altos funcionarios europeos subrayan la creciente frustración del bloque ante lo que perciben como una falta de voluntad de Moscú para alcanzar una paz verdadera. En ese contexto, la presión recae ahora sobre la Casa Blanca, que deberá definir si aplicará las consecuencias anunciadas, marcando así su liderazgo frente a un conflicto que mantiene en vilo a Europa.
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