La llamada entre ambos líderes se produjo tras los ataques ejecutados por Israel el 13 de junio, bajo la operación denominada León Naciente, dirigidos contra instalaciones nucleares y objetivos militares de Irán, lo que provocó una inmediata represalia de Teherán bajo el nombre Promesa Verdadera III.
Durante la conversación, Putin condenó firmemente las acciones de Israel y expresó su “seria preocupación por la posible escalada del conflicto”, señalando que esta podría acarrear “consecuencias impredecibles para la región”. Por su parte, Trump calificó la situación como “muy alarmante”, aunque admitió que los ataques israelíes habían sido “eficaces” desde un punto de vista táctico.
En un movimiento inesperado, Trump sugirió que el negociador estadounidense Steve Witkoff está listo para reanudar el diálogo con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, lo que abre una ventana diplomática en medio de la confrontación militar. La posibilidad de volver a la mesa de negociaciones sobre el programa nuclear iraní podría alterar el equilibrio actual y dar un respiro a los mercados energéticos y a la estabilidad global.
Putin informó a Trump sobre sus contactos recientes tanto con Teherán como con Tel Aviv, reiterando la voluntad de Rusia de servir como mediador en la crisis. “Buscamos soluciones mutuamente aceptables sobre el tema nuclear iraní”, declaró el Kremlin, señalando que Moscú está dispuesto a jugar un papel activo en la distensión del conflicto.
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Cambio en la dinámica de poder en Medio Oriente
Los recientes ataques y contraataques marcan un punto de inflexión. Por primera vez en décadas, se abandona la lógica de guerra por poderes para pasar a un enfrentamiento militar directo. Irán lanzó más de 150 misiles balísticos y 100 drones contra territorio israelí, lo que ha puesto en máxima alerta a los aliados occidentales y ha disparado la volatilidad en los mercados internacionales.
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El fallecimiento del comandante iraní Hossein Salami agrava aún más el panorama, mientras que la comunidad internacional mira con preocupación la posibilidad de una guerra regional a gran escala.
Perspectiva
La conversación entre Trump y Putin es un raro momento de diplomacia directa entre potencias que, aunque enfrentadas en varios frentes, reconocen la gravedad de la situación en Medio Oriente. La apertura al diálogo con Irán puede ser una válvula de escape, pero los próximos días serán cruciales. La región está en un delicado equilibrio entre una posible desescalada diplomática o una confrontación militar generalizada.
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