NUEVA YORK. – En medio de un panorama económico incierto y marcado por tensiones geopolíticas, los inversionistas de alto patrimonio están recurriendo a activos de refugio como el oro, el efectivo y los fideicomisos familiares, según un informe reciente publicado por Business Insider.
El precio del oro superó los $3,000 por onza en abril de 2025, impulsado por el temor a una desaceleración económica global y la creciente inestabilidad política. Bank of America mantiene su proyección de $3,500 por onza, según su analista Michael Widmer, citando el riesgo de desdolarización y la búsqueda de seguridad por parte de bancos centrales e inversores privados.
Efectivo y oro como pilares de liquidez
Los ricos están acumulando reservas de efectivo, no solo como resguardo, sino también para estar listos ante oportunidades de inversión en mercados deprimidos. En paralelo, el oro ha reafirmado su estatus como activo refugio por excelencia, alcanzando niveles récord que no se veían desde crisis económicas anteriores.
Esta tendencia refleja un giro hacia la cautela, donde la preservación de capital supera la búsqueda de rentabilidad rápida. Los asesores financieros están recomendando mantener liquidez como estrategia frente a la incertidumbre electoral y fiscal que podría intensificarse hacia finales de 2025.
Fideicomisos familiares y eficiencia fiscal
El uso de fideicomisos familiares, especialmente los SLATs (Spousal Lifetime Access Trusts), ha aumentado significativamente. Estas estructuras ofrecen ventajas clave en la protección de activos y la planificación tributaria, permitiendo distribuir ingresos entre beneficiarios y reducir la carga impositiva total.
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Ante una posible reducción de las exenciones fiscales sobre el patrimonio, que podría caer de $14 millones a $7 millones por persona a finales de 2025, muchas familias están anticipando movimientos estratégicos para proteger su riqueza multigeneracional.
Capital privado: control, diversificación y crecimiento
El capital privado ha ganado terreno entre las oficinas familiares y personas con alto patrimonio que buscan control directo sobre sus inversiones y mejores rendimientos que los ofrecidos por fondos tradicionales.
Esta tendencia responde al interés por sectores emergentes como tecnología y mercados en desarrollo, donde las oportunidades de crecimiento son más atractivas, a pesar de la volatilidad. Las estimaciones proyectan que los activos bajo gestión de las oficinas familiares alcanzarán los $5.4 billones en 2030, con un crecimiento del 73 % en los próximos cinco años.
Los gestores de patrimonio recomiendan incluir capital privado dentro de una estrategia de cartera diversificada, equilibrando riesgos mientras se capitaliza en oportunidades de largo plazo.
Un enfoque cauteloso, pero estratégico
Las decisiones actuales de los inversionistas de alto perfil no responden solo al temor, sino a una visión estratégica de largo plazo. Con herramientas como oro, SLATs, efectivo y capital privado, los ricos buscan estabilidad sin perder la oportunidad de crecimiento.
En un 2025 marcado por turbulencias económicas y cambios regulatorios potenciales, la planificación patrimonial proactiva y la diversificación siguen siendo claves para proteger y expandir la riqueza.
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