La DANA, un fenómeno meteorológico caracterizado por la presencia de aire frío en las capas altas de la atmósfera, ha impactado el este de España con una intensidad sin precedentes. Las lluvias torrenciales y las tormentas han dejado un saldo trágico de 70 muertos confirmados y decenas de desaparecidos en las regiones de Valencia y Castilla-La Mancha, sumiendo a la población en una situación de emergencia.
La mayoría de los fallecimientos se ha registrado en la Comunidad Valenciana, donde el temporal afectó gravemente a varias localidades. Según los datos aportados por la Guardia Civil, 13 cadáveres han sido recuperados hasta ahora en diversas zonas de la provincia de Valencia, y aún se buscan más víctimas. En Torrent, por ejemplo, se han encontrado los cuerpos de un matrimonio, dos niños y un bebé; mientras que en Paiporta, se han recuperado cuatro cuerpos adicionales.
El fenómeno, también conocido como gota fría, ocurre cuando una masa de aire frío desciende de la atmósfera y entra en contacto con el aire cálido del Mediterráneo, generando condiciones atmosféricas altamente inestables. En este caso, el temporal desató una cantidad de precipitaciones que equivale a un año de lluvias en apenas ocho horas en algunas localidades cercanas a Valencia.
La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, preside el comité de crisis que coordina la respuesta gubernamental ante esta situación crítica. La magnitud de los daños ha obligado a la suspensión de vuelos, el cierre de rutas de acceso a las zonas más afectadas y la interrupción del servicio ferroviario. Este martes, unas 50 rutas de vuelo tuvieron que ser desviadas a otras ciudades debido a la inoperatividad de los aeropuertos locales.
La situación en la Comunidad Valenciana ha sido declarada “excepcional” por el propio Gobierno, mientras el Rey Felipe VI expresó su preocupación por las devastadoras consecuencias de la DANA. Este fenómeno ha tomado por sorpresa a las autoridades y a la población, ya que se han registrado precipitaciones inusuales para esta época del año en el hemisferio norte, donde el verano apenas ha terminado.
En términos de geografía, la orografía del terreno en la región este de España, caracterizada por montañas y desniveles, ha sido un factor que contribuyó a la gravedad de las inundaciones. Las áreas afectadas no estaban preparadas para recibir este volumen de agua en un periodo tan corto, lo cual amplificó los efectos destructivos de la DANA en carreteras, viviendas y servicios públicos.
La palabra DANA proviene del término “depresión aislada en niveles altos,” que hace referencia a una corriente de aire polar rodeada de aire cálido. A diferencia del término tradicional “gota fría,” la DANA describe específicamente un evento climático más concentrado y puntual. Este fenómeno se popularizó en España en la década de los 80 y, en años recientes, meteorólogos y expertos han preferido utilizar el término técnico DANA, evitando confusiones con otras condiciones de lluvia intensa.
En las últimas 24 horas, diversas localidades han reportado inundaciones severas y daños en la infraestructura. Municipios como Levante peninsular, Andalucía y la zona sur de Castilla-La Mancha han estado en alerta roja, el nivel de peligro más alto en el sistema meteorológico español, lo que subraya la severidad de la situación.
El comité de crisis continuará trabajando para coordinar los esfuerzos de rescate y recuperación, pero la dificultad para acceder a ciertas áreas hace que la cifra total de fallecidos y desaparecidos aún sea incierta. No obstante, las proyecciones sugieren que el número final de víctimas podría superar el centenar, lo que sería una de las tragedias climáticas más impactantes en la historia reciente de España.
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