DIARIO FINANCIERO, Santo Domingo. – El sector industrial dominicano, a pesar de su importancia estratégica como fuente de empleo, exportaciones y valor agregado nacional, cerró el año 2024 con una contracción en su participación crediticia, de acuerdo con el más reciente Informe sobre la Banca y la Industria Nacional publicado por la Superintendencia de Bancos.
Este retroceso es producto del encarecimiento del financiamiento, la madurez del ciclo económico y una creciente morosidad. En cifras, la cartera de crédito al sector industrial cerró en DOP 149,883 millones, lo que representa una leve disminución de -0.04% nominal y -3.3% real en comparación con el año anterior. Además, la participación del sector en la cartera comercial cayó de 14.1% en 2023 a 12.7% en 2024.
Exportaciones e importancia macroeconómica
A pesar de esta contracción financiera, el sector mantiene una sólida participación económica. A diciembre de 2024, la industria aportó el 12.5% del PIB nacional y generó más de 512 mil empleos, es decir, el 10.2% del empleo formal del país.
Las exportaciones industriales totalizaron USD 11,083 millones, representando casi el 80% de las exportaciones totales de bienes. Las zonas francas continúan liderando, aunque la manufactura local también aporta de manera significativa.
Crédito en retroceso: señales de alerta
La desaceleración comenzó en el segundo semestre del año. Mientras que durante el primer semestre se observó un crecimiento real de +8.8%, el segundo semestre mostró una caída promedio de -1.2%.
Este comportamiento contrasta con el resto de los sectores económicos, cuya cartera de crédito creció en promedio +9.9% durante el mismo periodo.
Asimismo, se evidencia una reducción en la exposición del sector a financiamiento en moneda extranjera, que pasó de representar el 33.1% de la cartera en 2023 a un 30.9% en 2024.
Tasas de interés al alza: el factor que condicionó el crédito
Uno de los factores clave que explica esta contracción es el incremento sostenido de las tasas de interés. La tasa promedio ponderada para créditos en moneda nacional fue de 12.9%, mientras que en moneda extranjera se ubicó en 7.4%, marcando una brecha de 5.5 puntos porcentuales, mayor a la del año anterior (4.9 p.p.).
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Los microcréditos fueron los más afectados, con una tasa promedio de 36.1%, lo cual representa una carga significativa para pequeñas unidades productivas.
Morosidad y riesgos: estabilidad relativa pero con advertencias
Aunque los niveles de morosidad se mantienen contenidos, han mostrado una leve tendencia al alza:
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Morosidad general: 0.44% (+0.08 p.p. respecto al año anterior)
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Ratio de Incumplimiento (RI): 2.0% (inferior al promedio del sistema, 3.2%)
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Morosidad ampliada: 2.44% (descendiendo desde el pico observado en 2021)
A pesar de estos aumentos, la cartera industrial continúa exhibiendo un perfil de riesgo mejor que el promedio del sistema financiero.
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Loan-to-Value y garantías: cobertura adecuada
El 44.4% del capital adeudado en la industria está cubierto por garantías, lo que sugiere un adecuado respaldo ante potenciales incumplimientos. Las principales garantías son naves industriales, inventarios, maquinarias y equipos especializados.
Además, el 92.4% de la cartera industrial mantiene clasificación de riesgo A y B, lo cual indica una cartera saludable en términos de calidad crediticia.
Banca y concentración del crédito
El 98.5% de la deuda del sector industrial está en manos de la banca múltiple. El Banco Popular lidera con 39.4% del total, seguido por Banreservas, BHD y Scotiabank.
El crédito también se concentra en pocas actividades económicas. Solo cuatro subsectores —alimentos y bebidas, químicos, muebles, y productos minerales— agrupan el 69% del saldo adeudado.
MIPYMES industriales: entre tasas más altas y mayor morosidad
Las MIPYMES absorbieron el 25.4% de la cartera industrial y representaron 64% del total de créditos otorgados al sector. Sin embargo, enfrentan tasas más elevadas (14.1% promedio) y una morosidad ligeramente superior al promedio del sector (1.49%).
Esto indica que, aunque se promueve el acceso al financiamiento para pequeñas empresas, la carga financiera sigue siendo alta.
Perspectiva final: una industria sólida pero presionada
La industria dominicana sigue siendo una columna vertebral de la economía nacional, no solo por su peso en el PIB y el empleo, sino por su papel clave en las exportaciones y la generación de divisas. No obstante, los datos revelan que el encarecimiento del crédito está comenzando a limitar su dinamismo, especialmente en las pequeñas empresas.
A medida que el ciclo económico continúa madurando y las tasas de interés se mantienen elevadas, será crucial implementar medidas que mejoren el acceso a financiamiento productivo, sobre todo para las MIPYMES, sin comprometer la calidad del portafolio crediticio.
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