Washington, D.C. Un juez federal de Estados Unidos dictaminó que Google ha mantenido ilegalmente un monopolio en el ecosistema de tecnología publicitaria digital, marcando un hito en la regulación antimonopolio contra grandes plataformas tecnológicas. Este veredicto representa la segunda gran derrota judicial para Google en menos de un año, tras ser declarado culpable de prácticas similares en su negocio de búsquedas.
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La jueza Leonie Brinkema, del Tribunal Federal del Distrito Este de Virginia, concluyó que Google incurrió en actos deliberadamente anticompetitivos para preservar su dominio en los servidores de anuncios para editores y los intercambios publicitarios, afectando directamente la libre competencia, los ingresos de los medios digitales y, en última instancia, a los consumidores.
Dominio del servidor DFP
En su fallo, la jueza Brinkema destacó que Google consolidó el control sobre el mercado de servidores de anuncios para editores mediante su herramienta DoubleClick for Publishers (DFP), que facilita a los medios gestionar y monetizar su inventario publicitario. Según el tribunal, este segmento constituye un mercado independiente, con características únicas que no son sustituibles por otras plataformas.
Google impuso integraciones forzosas entre DFP y su intercambio de anuncios AdX a través de contratos restrictivos y vínculos tecnológicos, lo que obligaba a los editores a utilizar ambas herramientas. Además, las políticas de “First Look” y “Last Look” beneficiaban a Google otorgándole ventajas injustas durante las subastas, lo que distorsionó la competencia y redujo los ingresos publicitarios de los editores.
AdX y el ecosistema cerrado
El intercambio AdX de Google (actual Google Ad Manager) controla el 47 % del mercado estadounidense y más del 56 % a nivel global, según documentos del caso. Esta posición dominante fue reforzada por una serie de estrategias anticompetitivas:
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Comisión fija del 20 % en transacciones sin ajustar precios con la maduración del mercado
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Acceso preferencial a impresiones mediante la política “First Look”
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Acceso privilegiado a ofertas de competidores con la política “Last Look”
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Restricciones para que AdWords solo funcione con editores que usen DFP y AdX
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Reglas de precios unificados que limitaban la capacidad de los editores para establecer precios diferenciados
Estas prácticas generaron un ecosistema cerrado que excluía a plataformas rivales, elevaba los costos para los anunciantes y perjudicaba la diversidad del ecosistema digital.
La adquisición de DoubleClick: un legado mixto
El caso también reabre el debate sobre la adquisición de DoubleClick por parte de Google en 2007, valorada en USD 3.100 millones, considerada clave en la transformación de la publicidad digital. Si bien el juez no declaró ilegal la compra en sí, sí reconoció que el dominio adquirido fue utilizado para excluir a la competencia y consolidar un poder de mercado abusivo.
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Esta integración vertical permitió a Google ser vendedor, comprador y subastador de publicidad al mismo tiempo, generando conflictos de interés, concentración de datos y barreras de entrada para nuevos actores.
Implicaciones del fallo
El fallo plantea consecuencias regulatorias profundas para la industria tecnológica. A corto plazo, podría abrir la puerta a intervenciones estructurales como la separación obligatoria de servicios publicitarios de Google. También sienta un precedente legal que otros países podrían seguir para limitar el poder de mercado de plataformas digitales.
Mientras tanto, los medios de comunicación, editores independientes y anunciantes podrían beneficiarse de un entorno más competitivo que promueva mayores ingresos, precios justos y transparencia.
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