Washington, D.C. – Un incidente diplomático sin precedentes ha sacudido las relaciones transatlánticas tras la filtración de un chat privado en Signal, donde altos funcionarios de la administración Trump criticaron duramente a los aliados europeos y discutieron operaciones militares en Yemen. La revelación, publicada inicialmente por The Atlantic, ha generado preocupaciones de seguridad y tensiones en la cooperación entre Estados Unidos y la Unión Europea.
El chat, que funcionaba como un canal informal de planificación estratégica, expuso detalles sobre un ataque aéreo estadounidense del 15 de marzo en Yemen, que resultó en más de 50 víctimas. Entre los temas abordados, los funcionarios discutieron envíos de armas, objetivos militares y la coordinación de ataques para contrarrestar los asaltos hutíes en el Mar Rojo y el Canal de Suez.
Entre los participantes del chat filtrado se encontraban el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el asesor de seguridad nacional Mike Waltz y la jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles. Un error técnico permitió que el editor en jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, fuera incluido accidentalmente en el grupo, lo que desencadenó la filtración de información clasificada.
Críticas a Europa y revelaciones estratégicas
La filtración dejó al descubierto sentimientos de frustración y desdén hacia los aliados europeos dentro de la administración Trump. En los mensajes intercambiados, el vicepresidente JD Vance cuestionó la necesidad de que EE.UU. continúe “rescatando a Europa”, mientras que el secretario de Defensa Pete Hegseth calificó a los socios europeos de “patéticos” y “aprovechados”.
Los funcionarios también debatieron sobre la dependencia comercial del Canal de Suez, señalando que el 40% del comercio europeo pasa por esta vía en comparación con solo el 3% del comercio estadounidense, lo que alimentó críticas sobre el desequilibrio en las contribuciones a la seguridad marítima.
La filtración se produce en un momento en que las relaciones entre Washington y Bruselas ya estaban tensas debido a la guerra comercial en curso, exacerbada por el arancel del 25% impuesto por Trump a las importaciones de la UE en febrero de 2025.
Reacción de la administración Trump
El presidente Donald Trump minimizó la controversia, calificándola de “fallo técnico menor”, mientras defendía los protocolos de seguridad de su administración. En una declaración a la prensa, respaldó al asesor de seguridad nacional Mike Waltz, afirmando que “ha aprendido una lección, y es un buen hombre”.
A pesar de los llamados a renuncias, particularmente de Hegseth y Waltz, la administración ha cerrado filas, desestimando las críticas y manteniendo su postura en materia de defensa y política exterior.
Consecuencias diplomáticas y económicas
El escándalo ha generado una audiencia en el Senado, donde el equipo de inteligencia de la Casa Blanca enfrenta un intenso escrutinio sobre sus prácticas de seguridad de la información. Mientras tanto, la Cámara de Comercio Americana (AmCham) ha advertido sobre posibles repercusiones económicas, señalando que la creciente tensión entre EE.UU. y la UE podría afectar inversiones y acuerdos comerciales clave.
La filtración también ha avivado preocupaciones en la OTAN, donde líderes europeos han solicitado explicaciones a Washington y han reafirmado la importancia de mantener una cooperación estratégica en un contexto global volátil.
Con este nuevo episodio, la administración Trump se enfrenta a un desafío diplomático significativo, poniendo a prueba la estabilidad de las relaciones transatlánticas y la confianza en los protocolos de seguridad de la Casa Blanca
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