Está siendo bastante difícil para los bancos centrales y los economistas de Wall Street entender la economía post-pandémica con los datos disponibles, pero es que también tienen que lidiar con las cifras que no pueden ver y que pueden ser claves. Entre ellas, la que más empieza a preocupar a los expertos es la que han dado en llamar la «deuda fantasma», es decir, la que se esconde detrás de los servicios de «Compre ahora, pague después», que se han vuelto cada vez más populares en Internet entre los consumidores, tal y como explica este artículo de Bloomberg.
Los servicios de «Compre ahora, pague después» permiten a los consumidores dividir sus compras online en pagos más pequeños. Las principales empresas que ofrecen estos productos son Affirm Holdings, Klarna Bank y Afterpay de Block. Y ninguna de ellas ofrecen información de sus préstamos a las agencias de crédito.
Se trata de un mercado que está creciendo con fuerza los últimos años y cuyo negocio se calcula que alcance casi US$700.000 millones a nivel mundial para 2028. Por lo que los expertos temen que ahí detrás se esconde una imagen importante de la salud financiera de los hogares estadounidenses, lo cual es crucial para todos, desde los bancos centrales hasta los prestamistas y las empresas multinacionales.
El gasto del consumidor en la economía más grande del mundo ha sorprendido por su resistencia en los últimos meses, a pesar de tener que lidiar con la alta inflación,por lo que los economistas han tenido que cambiar constantemente sus previsiones de desaceleración del crecimiento y de recortes de tasas de interés. Sin embargo, se están empezando a ver algunas grietas.
Primero fueron los estadounidenses que quedaron rezagados en los préstamos para automóviles. Luego, las tasas de morosidad en tarjetas de crédito alcanzaron su nivel más alto desde al menos 2012, con la proporción de deudas vencidas a 30, 60 y 90 días en aumento.
Ahora también aparecen señales de que los consumidores también están luchando para pagar sus deudas de los servicios de «Compre ahora, pague después».
Indicadores que hacen saltar las alarmas
Affirm ha informado de que sus clientes tienen un saldo pendiente promedio de US$641, mientras que Afterpay y Klarna ponen la cifra en US$250 y US$150, respectivamente. El saldo promedio de deuda pendiente en las tarjetas de crédito fue de US$6,501 en el tercer trimestre de 2023, según datos de Experian.
Una encuesta reciente realizada para Bloomberg News por Harris Poll encontró que el 43% de aquellos que deben dinero a servicios de «Compre ahora, pague después» dijeron que estaban atrasados en los pagos, mientras que el 28% dijo que estaban en mora en otras deudas debido a los gastos en estas plataformas.
Para Quinlan, una preocupación importante es que los expertos económicos están siendo «adormecidos en la complacencia sobre dónde se encuentran los consumidores». «La gente necesita estar más alerta sobre el riesgo de ‘Compre ahora, pague después'», dijo en una entrevista.
Protección del Usuario Financiero: Avances en República Dominicana
Cómo está impactando las finanzas de los consumidores
El sondeo de Harris Poll, llevado a cabo el mes pasado, arroja luz sobre el uso de los servicios de «Compre ahora, pague después» por parte de los estadounidenses.
Por un lado, la división de pagos en cuotas más pequeñas estimula un mayor gasto. Más del 50% de los encuestados que los emplean afirmaron que les permitió adquirir más de lo que podrían pagar, mientras que casi una cuarta parte reconoció que sus gastos con este método estaban «fuera de control». Además, el 23% de los usuarios admitió que no podrían costear la mayoría de sus compras sin dividir los pagos, y más de un tercio recurrió a estos servicios después de agotar sus tarjetas de crédito.
Los resultados también revelan que el gasto, que para más de un tercio de los usuarios supera los US$1,000, no se limita únicamente a artículos de alto valor. Casi la mitad de quienes utilizan «Compre ahora, pague después» han considerado o comenzado a utilizarlo para pagar facturas o adquirir artículos esenciales, como alimentos.
Estos servicios no solo son utilizados por estadounidenses de clase trabajadora que tienen dificultades para llegar a fin de mes; la encuesta encontró que los hogares de clase media también están recurriendo a ellos. Aproximadamente el 42% de aquellos con ingresos familiares superiores a US$100,000 informaron estar atrasados o en mora en los pagos de «Compre ahora, pague después».
«Estos servicios básicamente permiten a las personas cavar un agujero cada vez más profundo de crédito, del que será cada vez más difícil de salir», explicó a Bllomberg Ed deHaan, profesor de contabilidad en la Escuela de Negocios de Posgrado de Stanford, agregando que sucede «más fácilmente cuando no hay transparencia».
Así funcionan estos servicios de pagos
La posibilidad de pagar en cuotas mediante préstamos a corto plazo ha existido durante años, pero experimentó un auge de popularidad durante la pandemia, sobre todo entre los consumidores más jóvenes y versados en tecnología, quienes vieron en estos servicios una alternativa a las tarjetas de crédito. Empresas pioneras como Afterpay, Klarna y Affirm se asociaron con minoristas de moda, colaboraron con influencers de las redes sociales y se convirtieron en una opción común en aplicaciones y plataformas de compra en línea.
«Compre ahora, pague después» ofrece aprobaciones de crédito rápidas y permite a los consumidores pagar en cuotas. El primer pago suele vencer de inmediato, y los siguientes se cobran cada dos semanas en el caso de los populares préstamos de «pagar en cuatro». Normalmente, no hay intereses ni tarifas, siempre y cuando los pagos se realicen puntualmente. Al igual que las compañías de tarjetas de crédito, estas firmas obtienen ganancias a través de tarifas de los vendedores, y algunas imponen fuertes penalizaciones por pagos atrasados.
Diario Financiero - El periódico de la gente informada