En un cambio significativo en la política, el presidente Joe Biden autorizó a Ucrania a realizar ataques limitados dentro de territorio ruso usando munición estadounidense. Estos ataques se restringen a objetivos cerca de la frontera de Járkiv, donde Rusia ha realizado avances importantes.
«El presidente ha ordenado que Ucrania pueda utilizar armas suministradas por EE.UU. para contraatacar en Járkiv,» afirmó un funcionario estadounidense. Esta medida permite a Ucrania golpear fuerzas rusas que los atacan o se preparan para hacerlo.
Esta decisión rompe con la política anterior y responde a la presión internacional de los aliados más cercanos de Estados Unidos. Sin embargo, la autorización se limita a la zona de Járkiv, y no se prevé una expansión del área permitida.
Politico fue el primer medio en informar sobre esta noticia. Según un funcionario, Kyiv solicitó este cambio en la política debido a los recientes avances rusos. Ahora, las fuerzas ucranianas pueden atacar depósitos de municiones y centros logísticos rusos con artillería y cohetes proporcionados por Estados Unidos.
A pesar de esta autorización, la administración Biden se mantiene firme en no permitir el uso de los misiles de largo alcance ATACMS que pueden alcanzar objetivos a 300 kilómetros. Ucrania ha podido utilizar armas antiaéreas estadounidenses contra aviones rusos, pero no ha podido atacar aviones dentro del territorio ruso.
El secretario de Estado Antony Blinken ha mostrado disposición para ajustar la táctica estadounidense, afirmando que la posición de Estados Unidos se ha adaptado a las condiciones cambiantes del campo de batalla y las acciones rusas.
Líderes europeos también han cambiado de postura. Emmanuel Macron, presidente de Francia, y Olaf Scholz, canciller de Alemania, han expresado su apoyo a que Ucrania pueda defenderse atacando bases rusas desde donde se lanzan misiles contra territorio ucraniano.
Las preocupaciones iniciales de la administración Biden sobre una posible escalada del conflicto persisten. Sin embargo, el cambio en la postura estadounidense responde a la necesidad de defender Járkiv, el cambio de táctica de los aliados europeos y la presión de los dirigentes de la OTAN.
En una videoconferencia segura, funcionarios estadounidenses discutieron y acordaron la modificación de la política para permitir que las fuerzas ucranianas ataquen áreas de reagrupamiento rusas desde donde se lanzan ataques contra Járkiv.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha insistido en la necesidad de permitir que Ucrania se defienda sin restricciones, argumentando que negar esta posibilidad dificulta su defensa.
Esta decisión representa un paso importante en el apoyo de Estados Unidos a Ucrania, permitiéndole defenderse de los ataques rusos y asegurando su capacidad de contraataque en la región de Járkiv.
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