La madrugada del sábado nos regaló un espectáculo de color en el cielo del hemisferio norte, gracias a una tormenta solar inusualmente potente. A pesar de la magnitud del evento, no se han reportado afectaciones al suministro de energía eléctrica ni a las comunicaciones, manteniendo la tranquilidad entre los habitantes y autoridades.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) había advertido sobre la tormenta geomagnética, que se intensificó con la llegada de una llamarada solar la tarde del viernes. Los efectos visuales de las auroras boreales, admirados principalmente en el Reino Unido, se esperan durante todo el fin de semana y posiblemente hasta los primeros días de la próxima semana.
En Reino Unido, desde Londres hasta el sur de Inglaterra, las redes sociales se inundaron de imágenes de las auroras. Según Chris Snell, meteorólogo de la agencia británica de meteorología, también se recibieron reportes desde otras partes de Europa, incluyendo Praga y Barcelona.
La NOAA ha solicitado a operadores de centrales eléctricas y aeronaves en órbita tomar precauciones, aunque Rob Steenburgh, del Centro de Predicción del Clima Espacial, asegura que la mayoría de las personas no necesitarán tomar medidas especiales. «Disfrutar de la aurora boreal desde la comodidad de su hogar es un regalo del clima espacial,» mencionó Steenburgh.
Aunque esta tormenta alcanzó un nivel 4 en una escala de 5, su impacto en las redes de transmisión de alto voltaje es un riesgo potencial, pero no afectará las líneas eléctricas residenciales, aseguró Shawn Dahl, pronosticadora del clima espacial de la NOAA.
¿Cómo se origina una tormenta solar tan impactante? Desde el miércoles, el Sol ha estado expulsando grandes cantidades de plasma en eventos conocidos como eyecciones de masa coronal, asociadas a una mancha solar significativamente grande. Esta actividad es típica a medida que el Sol se acerca al máximo de su ciclo de 11 años.
La NASA ha confirmado que la tormenta no supone una amenaza grave para los astronautas en la Estación Espacial Internacional, aunque están preparados para moverse a zonas más protegidas si aumentan los niveles de radiación.
La fascinación por las auroras boreales y la vigilancia constante de sus posibles impactos destacan la interacción dinámica entre nuestro planeta y el clima espacial. A medida que la tormenta avanza, seguimos observando y aprendiendo de estos fenómenos celestiales.
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