En un evento que ha agitado aún más el ya volátil panorama de Oriente Medio, Ismail Haniyeh, el jefe político de Hamas, fue asesinado en un ataque en Teherán, capital de Irán. Este incidente ocurre justo cuando el nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian, asumía su cargo, un momento que Irán esperaba utilizar para mostrar su influencia regional y su sólida red de milicias.
Representantes de diversas facciones, incluyendo Hamas, la Yihad Islámica Palestina, los hutíes de Yemen y Hezbolá del Líbano, se habían congregado en Teherán para la ceremonia. La presencia de Haniyeh, quien fue visto abrazando al presidente Pezeshkian en medio de cánticos de “Muerte a Israel”, fue abruptamente terminada por el misterioso ataque que Hamas ha atribuido a Israel. Este incidente se produce pocas horas después de que el ejército israelí anunciara la eliminación de un alto funcionario de Hezbolá en Beirut mediante un ataque aéreo.
Un Golpe a la Imagen de Irán y su “Eje de Resistencia”
Los asesinatos de Haniyeh y el funcionario de Hezbolá representan un duro golpe para Irán y su autoproclamado “Eje de Resistencia”. Según Danny Citrinowicz, ex jefe de la rama de Irán para la inteligencia militar israelí y actual miembro del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv, “Estamos al borde de una escalada a gran escala. Irán está liderando el eje, y no pueden proteger a uno de los líderes del eje que viene para la toma de posesión de Pezeshkian”.
Tensiones Escalando en la Región
El inicio de la semana ya había sido tenso, con diplomáticos globales, liderados por Estados Unidos, intentando evitar que un ataque con cohetes en los Altos del Golán, que dejó 12 jóvenes muertos, escalara a una guerra más amplia. Israel, bajo presión para tomar represalias, se vio en la encrucijada de encontrar un objetivo significativo pero que no provocara una respuesta desmesurada.
Reacciones Internacionales y Futuro Incierto
Hezbolá había advertido reiteradamente que cualquier ataque a Beirut o a un alto funcionario sería una línea roja. La transgresión de esta línea por parte de Israel ha generado preocupación entre los diplomáticos estadounidenses y árabes sobre una posible escalada de la violencia. La ausencia de comentarios de Israel sobre el asesinato de Haniyeh y la intervención de Estados Unidos para calmar las tensiones subrayan la complejidad y el peligro de la situación actual.
Desde los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre, que desencadenaron el conflicto en Gaza, la región ha estado al borde de una guerra regional. Los enfrentamientos diarios entre Hezbolá e Israel, junto con un ataque israelí a líderes militares iraníes en Damasco en abril, han mantenido una frágil estabilidad.
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