Diario Financiero – La Universidad de Harvard presentó una demanda legal contra el gobierno de Estados Unidos tras el congelamiento de más de 2.200 millones de dólares en subvenciones federales, una medida sin precedentes que podría afectar el desarrollo científico, médico y tecnológico en el país.
Según reveló la agencia Associated Press, el conflicto se originó tras la negativa de la institución académica a aceptar demandas impuestas por el gobierno federal, que incluían reformas en políticas de admisión, auditorías sobre diversidad, restricciones al activismo estudiantil y una revisión ideológica de estudiantes internacionales.
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En una carta enviada el 11 de abril, el gobierno exigió a Harvard cambios en su liderazgo, la imposición de medidas disciplinarias más severas a manifestantes y un mayor control sobre organizaciones estudiantiles. También cuestionó si la universidad debería seguir gozando de exención fiscal y amenazó con limitar la admisión de estudiantes extranjerossi no se cumplían estas condiciones.
Harvard rechaza condiciones y defiende su autonomía
En la demanda presentada ante un tribunal federal, Harvard argumenta que las acciones del gobierno representan una “intromisión indebida” en la autonomía universitaria y que no existe una justificación razonable para vincular las preocupaciones políticas con el congelamiento de fondos destinados a investigación científica.
El presidente interino de Harvard, Alan Garber, fue enfático: “Defendemos la verdad de que las universidades pueden cumplir sus obligaciones legales sin interferencias políticas. Hoy, defendemos los valores que han hecho de la educación superior estadounidense un faro mundial”.
La universidad advirtió que esta decisión pone en riesgo proyectos vitales en medicina, tecnología, ciencias ambientales y desarrollo digital, cuya financiación depende en gran medida de las subvenciones federales.
Tensiones entre Washington y las universidades
El caso de Harvard marca un nuevo punto de fricción entre el gobierno federal y el sistema universitario estadounidense, especialmente en un contexto de creciente polarización política. Las exigencias impuestas por la administración incluyen auditorías de diversidad, la revisión de clubes estudiantiles, y la contratación de nuevos profesores con criterios ideológicos.
Además, el gobierno solicitó un escrutinio especial sobre estudiantes internacionales para detectar posibles actitudes “hostiles hacia los valores estadounidenses”, una medida que ha sido calificada por expertos en educación como discriminatoria y peligrosa para la libertad académica.
Riesgos para la innovación nacional
La Universidad de Harvard advierte que el impacto del congelamiento va más allá de su campus. La medida pone en riesgo el liderazgo global de Estados Unidos en innovación científica, ya que los recursos federales congelados estaban dirigidos a proyectos con impacto nacional e internacional.
En su argumentación, Harvard señala que la medida viola principios constitucionales sobre libertad académica y separación de poderes, y que la Corte Suprema ha protegido históricamente la autonomía universitaria frente a presiones políticas.
El litigio, que podría escalar hasta instancias superiores, marca un precedente legal y político de gran alcance para el ecosistema académico del país. En juego no solo está el futuro de una universidad emblemática, sino el equilibrio entre intervención gubernamental y libertad educativa en Estados Unidos.
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