Fernando Valenzuela, el legendario lanzador mexicano que revolucionó el béisbol con su estilo único y desató la “Fernandomanía” en los años 80, ha fallecido a los 63 años. La noticia fue confirmada el martes a través de comunicados oficiales por los Dodgers de Los Ángeles y el comisionado de las Grandes Ligas de Béisbol, Robert D. Manfred Jr. Aún no se ha revelado la causa de su fallecimiento.
Valenzuela, quien había estado alejado de sus funciones como locutor del equipo desde principios de mes para enfocarse en su salud, tenía planes de regresar para la temporada 2025. Su legado en el béisbol trasciende generaciones, especialmente entre la comunidad latina, que lo vio como un ícono y símbolo de perseverancia y éxito.
Fernando Valenzuela nació el 11 de noviembre de 1960 en Navojoa, México, y creció en Etchohuaquila, donde sus padres, Avelino y María Valenzuela, tenían un pequeño terreno. De niño, Fernando jugaba al fútbol, pero era mejor para el béisbol. Valenzuela fue descubierto por accidente en 1978, cuando Mike Brito, un cazatalentos de los Dodgers, estaba de viaje en Silao, México, para ver jugar a un campocorto
El fenómeno de la “Fernandomanía” surgió en 1981, cuando, con tan solo 20 años, Valenzuela electrizó a los aficionados con su peculiar lanzamiento de tirabuzón. Ganó sus ocho primeras salidas, cinco de las cuales fueron blanqueadas y siete partidos completos, con un promedio de carreras limpias permitidas de 0.50, un récord que lo catapultó a la fama. Esa misma temporada, fue galardonado con los premios Novato del Año y Cy Young, siendo el único jugador en ganar ambos reconocimientos en el mismo año.
Durante la postemporada de 1981, Valenzuela continuó destacándose, logrando un récord de 3-1 y una victoria crucial en el tercer partido de la Serie Mundial contra los Yankees de Nueva York. Aunque no fue su mejor actuación, permitiendo nueve hits y siete bases por bolas en un juego completo de 146 lanzamientos, su determinación ayudó a que los Dodgers remontaran la serie y ganaran el campeonato.
El estilo de Valenzuela era inconfundible. Al prepararse para lanzar, levantaba los brazos sobre la cabeza y miraba al cielo en un gesto que se volvió icónico. Vin Scully, el legendario locutor de los Dodgers, describió la “Fernandomanía” como una experiencia casi religiosa, destacando cómo Valenzuela, viniendo de orígenes humildes en México, se convirtió en un héroe para millones de latinos en Estados Unidos.
A Valenzuela le sobreviven su esposa Linda, sus hijas Linda y María Fernanda, sus hijos Fernando Jr. y Ricardo, y siete nietos, según las Grandes Ligas de Béisbol. En 2003, regresó a los Dodgers como analista de radio en español, donde continuó siendo un referente y un puente entre el equipo y la comunidad latina.
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