El Parque de la Fraternidad, conocido también como Parque Cuba, ubicado en el exclusivo sector de Los Cacicazgos, presenta un estado de deterioro alarmante, evidenciando un claro abandono por parte de las autoridades municipales. Lo que una vez fue un espacio de esparcimiento para la comunidad, hoy se ha convertido en un foco de inseguridad y un riesgo para la salud pública.
El deterioro es evidente para quienes transitan por la zona o los comercios aledaños. Resulta sorprendente que, siendo que la rehabilitación de los espacios públicos como los parques, uno de los pilares de la actual gestión municipal, no se haya tomado acción alguna para su rehabilitación. Además de su valor histórico, el parque se ha convertido en refugio para indigentes que duermen en sus instalaciones, utilizan el lugar como baño público, lo que ha provocado una acumulación de basura y la proliferación de roedores, generando una amenaza sanitaria considerable.
Nuestro equipo de Diario Financiero acudió al parque tras recibir denuncias de residentes de la zona, quienes aseguran que han intentado por todos los medios que las autoridades intervengan. Sin embargo, mientras otras áreas han sido atendidas con celeridad, el Parque de la Fraternidad sigue en el olvido. Un aspecto preocupante es que, bajo la administración de la alcaldesa Carolina Mejía, se han establecido alianzas público-privadas para la rehabilitación de espacios similares, pero en este caso, a pesar de la proximidad de grandes empresas como el Supermercado Bravo y el Hotel Dominican Fiesta, no se ha implementado ninguna acción.
Durante nuestra visita, pudimos constatar el lamentable estado del parque. La grama alta, la basura dispersa, y la presencia de indigentes en condiciones deplorables generan un ambiente incómodo para los pocos usuarios que aún se atreven a transitar por el lugar. Madres que buscan pasear con sus hijos o personas mayores que solían utilizar el parque para su recreación, han sido desplazadas por la inseguridad y el mal estado de las instalaciones. Además, la falta de iluminación adecuada durante las noches solo aumenta la sensación de peligro.
Es imperioso que las autoridades municipales tomen cartas en el asunto y devuelvan este espacio a la comunidad. No solo por su valor histórico, sino porque es un espacio público que debe ser accesible y seguro para todos. La situación actual del Parque de la Fraternidad es insostenible y requiere una intervención urgente para evitar que continúe siendo un foco de deterioro en uno de los sectores más exclusivos de la ciudad. ¿Hasta cuándo se permitirá esta situación? Las autoridades deben responder a la demanda ciudadana y devolver el parque a su esplendor.
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