La situación en Haití se ha intensificado recientemente, con un notable aumento en la violencia de bandas criminales, especialmente cerca del aeropuerto de Puerto Príncipe, coincidiendo con la posible llegada del primer ministro Ariel Henry, quien ha estado fuera del país. La escalada de tensión se produce después de la fuga masiva de 3,597 reclusos de dos prisiones en Puerto Príncipe durante el último fin de semana. Ante esta crisis, la Casa Blanca ha expresado su preocupación, la OEA ha criticado la demora en la ayuda para abordar la situación, y el presidente dominicano Luis Abinader ha asegurado que los fugitivos no entrarán en República Dominicana.
El pandillero Jimmy Chérizier, conocido como Barbecue, declaró que su objetivo ya no es la población civil sino el gobierno, tras los recientes ataques contra instalaciones claves. Mientras tanto, la ausencia del primer ministro Henry continúa, sin confirmarse su paradero tras asistir a eventos internacionales. Patrick Michel Boivert actúa como primer ministro interino, habiendo declarado el estado de emergencia y toque de queda en respuesta a la inseguridad.
La Casa Blanca y la OEA han instado a acciones inmediatas para restaurar la seguridad y democracia en Haití. El presidente Abinader ha advertido que República Dominicana está tomando medidas severas para prevenir la entrada de los prófugos, incrementando el control en la frontera y manteniendo la seguridad a través de medidas no divulgadas por razones de seguridad nacional.
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