Durante la pandemia, la empresa Masimo introdujo un oxímetro de pulso acoplado a una pulsera inteligente que permitió a los pacientes con COVID-19 monitorear su salud desde casa. Este dispositivo se convirtió en un éxito en hospitales a nivel mundial, evidenciando la capacidad de la empresa para innovar en momentos críticos.
Joe Kiani, quien fundó Masimo a los 24 años tras diseñar un prototipo de oxímetro que eliminaba falsas alarmas, sigue siendo una figura central en la tecnología médica. Bajo su liderazgo, Masimo no solo ha revolucionado el monitoreo de la salud en hospitales, sino que también ha ingresado al mercado bursátil en 2007, recaudando más de 500 millones de dólares.
En una nueva estrategia de expansión, Kiani ha puesto sus ojos en competir directamente con Apple, introduciendo una línea de relojes inteligentes que incorporan la tecnología de sus oxímetros. Estos dispositivos están diseñados para proporcionar mediciones exactas de signos vitales, especialmente útiles para personas con condiciones crónicas, llevando la precisión hospitalaria al hogar.
Sin embargo, el camino de Masimo no ha estado libre de obstáculos. La empresa ha enfrentado a Apple en los tribunales, acusando al gigante tecnológico de robar secretos comerciales y violar patentes relacionadas con la oximetría de pulso. Este conflicto legal, que comenzó en 2013, representa otro frente en el que Masimo está dispuesto a luchar para proteger sus innovaciones.
Con un historial de exitosos acuerdos y fallos judiciales que han reforzado su posición financiera, Masimo mira hacia el futuro con optimismo. Según Forbes, Joe Kiani posee un patrimonio de 1.2 mil millones de dólares en 2024, reflejo de su perseverancia y visión innovadora en la industria de la tecnología médica
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