Ciudad del Vaticano. — En un gesto final de humildad, el papa Francisco expresó en su testamento el deseo de ser enterrado en una tumba sencilla, sin adornos, con una única inscripción: “Franciscus”. La sepultura estará ubicada en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, uno de los santuarios marianos más antiguos y venerados del mundo católico.
“Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano, donde rezaba al principio y al final de cada Viaje Apostólico para encomendar con confianza mis intenciones a la Inmaculada Madre y agradecerle su dócil y maternal cuidado”, escribió el pontífice en el documento oficial publicado por el Vaticano.

Además, reveló que los gastos de su entierro serán cubiertos por un benefactor anónimo, asegurando que el proceso se llevara a cabo sin ostentación ni protagonismo económico.
Comienza el interregno papal
La muerte del papa Francisco marca el inicio del llamado Interregno Papal, el período entre la muerte del pontífice y la elección de su sucesor. En esta etapa, el camarlengo del Vaticano —actual jefe interino— desempeña un papel fundamental: confirma oficialmente el fallecimiento del papa, sella sus aposentos, redacta el acta de defunción y organiza los preparativos funerarios junto al Colegio Cardenalicio.
Calendario litúrgico y funeral
De acuerdo con la tradición, tras la muerte de un papa comienzan los nueve días de luto conocidos como novendiales. El cuerpo de Francisco será depositado en un ataúd y expuesto en capilla ardiente en el Vaticano durante varios días, para que fieles y autoridades puedan rendirle homenaje.
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El funeral, previsto entre el cuarto y el sexto día tras su muerte, será celebrado en la Plaza de San Pedro con una misa multitudinaria presidida por el Colegio de Cardenales. Se espera la asistencia de líderes mundiales, jefes de Estado y representantes religiosos de todo el mundo. En el funeral de Juan Pablo II en 2005, estuvieron presentes tres presidentes estadounidenses: George W. Bush, Bill Clinton y George H.W. Bush. Hasta el momento, Donald Trump no ha confirmado su asistencia.
Un pontífice de legado transformador
Francisco, primer papa latinoamericano y jesuita en la historia, pasará a la historia por su estilo pastoral cercano, su énfasis en la inclusión y su constante llamado a favor de los pobres y marginados. Con este último gesto de sencillez y desapego material, reafirma el mensaje que predicó durante su pontificado.
La elección del lugar de su tumba, Santa María la Mayor, tiene también un valor simbólico: fue el sitio donde comenzó y concluyó cada viaje apostólico, consolidándose como el espacio espiritual que marcó sus pasos como líder de la Iglesia católica.
Ahora, con su muerte, el Colegio de Cardenales deberá fijar la fecha del cónclave, proceso mediante el cual se elegirá al nuevo papa que guiará a los más de 1.300 millones de católicos del mundo.
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