Tokio.– La tasa de inflación anual de Japón alcanzó un 3,6% en marzo de 2025, superando por tercer año consecutivo el objetivo del 2% establecido por el Banco de Japón (BOJ). Este repunte, aunque levemente inferior al 3,7% de febrero, mantiene una presión constante sobre los precios al consumidor, impulsada por el aumento de los precios de los alimentos, la energía y los bienes duraderos.
Desde que en enero de 2013 el Banco de Japón redefiniera su objetivo de estabilidad de precios en un 2%, el país ha transitado un difícil camino para alcanzarlo de forma sostenida. Este cambio fue adoptado como respuesta a décadas de deflación crónica que marcaron la economía japonesa, y fue formalizado en una declaración conjunta con el gobierno con el propósito de superar la deflación y lograr un crecimiento económico sostenible.
Aunque la inflación ha superado el 2% durante casi tres años, el BOJ ha tenido que ajustar en repetidas ocasiones sus proyecciones. Para finales de 2025, la entidad espera que los precios converjan de manera más estable hacia su meta, gracias a factores como el crecimiento de los salarios y los beneficios corporativos, pero también anticipa una posible moderación en la inflación debido a la estabilización de los precios del petróleo y los alimentos.
En respuesta a estas presiones, el Banco Central elevó su tasa de interés al 0,5% a inicios de 2025, el nivel más alto en 17 años, y se prevén nuevos ajustes si la tendencia continúa.
La inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos frescos pero incluye los productos energéticos, subió a 3,2% en marzo, frente al 3,0% de febrero, confirmando la tendencia persistente de aumento de precios. Esta cifra reafirma que las empresas han seguido trasladando los mayores costos de insumos a los consumidores, en un contexto de aumento de salarios y fuerte demanda interna.
La inflación “core-core”, que excluye tanto los alimentos frescos como los costos de energía, y que es considerada una de las métricas más precisas para evaluar las presiones estructurales en los precios, se ubicó en 2,9% en marzo, desde el 2,6% registrado el mes anterior. Este indicador ha sido seguido de cerca por el BOJ para ajustar sus decisiones monetarias.
El alza de precios ha sido especialmente notable en productos esenciales:
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Alimentos procesados: +6,2%
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Bienes duraderos para el hogar: +6,5%
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Tarifas hoteleras: +6,6%
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Cereales: +25,4%
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Arroz: +92,5% interanual, debido a malas cosechas y mayor demanda turística.
El precio del arroz, en particular, ha alcanzado niveles récord, lo que ha generado preocupación entre los hogares y ha influido en la percepción pública sobre el impacto de la inflación.
Pese a estas cifras, el BOJ ha optado por mantener su tasa en 0,5% en la reunión de política monetaria más reciente, mientras evalúa el panorama económico global y los posibles efectos de nuevas tensiones comerciales con Estados Unidos, que podrían incidir en las exportaciones japonesas y su recuperación económica.
La inflación persistente por encima de la meta y el comportamiento de los precios esenciales podrían forzar al Banco de Japón a reconsiderar su política de normalización de forma más acelerada, aunque lo haría con cautela ante la volatilidad internacional.
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