El 16 de enero de 2025, la nave espacial Starship de SpaceX sufrió una explosión durante su séptimo vuelo de prueba, solo 10 minutos después de despegar desde Boca Chica, Texas. Este evento inesperado ocurrió tras un inicio prometedor en el que los 33 motores del cohete se encendieron con éxito y la separación del propulsor Super Heavy se ejecutó correctamente.
Sin embargo, la misión, diseñada para realizar un recorrido suborbital alrededor de la Tierra y amerizar en el océano Índico, encontró un contratiempo crítico cuando varios motores comenzaron a apagarse durante el ascenso. Esto derivó en una pérdida de control que resultó en un “desmontaje rápido e imprevisto” de la nave, según los reportes oficiales.
La explosión generó fragmentos que fueron visibles en distintas zonas, incluidos los cielos de la República Dominicana. Aunque el suceso causó alarma en algunas regiones, no se reportaron daños en tierra, de acuerdo con las autoridades locales y testigos del fenómeno.
Elon Musk, CEO de SpaceX, abordó el incidente en redes sociales, señalando que, si bien el éxito no estaba garantizado, el aprendizaje obtenido será crucial para mejorar la fiabilidad de la Starship. Esta nave espacial es un componente clave del programa espacial de SpaceX, cuyo objetivo a largo plazo es hacer viable la exploración y colonización de Marte.
La Administración Federal de Aviación (FAA) iniciará una investigación exhaustiva para determinar las causas exactas del accidente y evaluar cualquier impacto ambiental o riesgo asociado. Este protocolo sigue las normativas de seguridad para lanzamientos espaciales en suelo estadounidense.
El incidente también marca un desafío importante para SpaceX, ya que el programa Starship es esencial para futuras misiones, incluidas las planeadas por la NASA en el marco del programa Artemisa para regresar a la Luna.
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